LA MIEL

Desde tiempos ancestrales, la miel ha sido considerada un tesoro tanto para la alimentación como para la belleza.

A lo largo de los siglos, la miel ha resultado ser muy beneficiosa para infinidad de dolores y enfermedades, que van desde resfriados, dolores dentales, problemas de piel, alergias, ulceras...


La miel natural esta compuesta por minerales como el sodio, el potasio, el magnesio, el hierro, el calcio, el cobre, el zinc, el fósforo, el manganeso, el selenio y las vitaminas A y B.

Puede llegar a endulzar hasta 25 veces más que el azúcar común y es de fácil digestión.

La miel se ha usado como remedio durante generaciones.

Es antibiótica, ya que sirve para destruir los microorganismos dañinos que se posan en la garganta calmando la tos y el ardor.

Es considerada tónica y relajante ya que favorece la absorción de triptofano, que es una sustancia 
precursora de la serotonina, que es la inductora del sueño. Es decir, la miel combate el insomnio.

La miel también puede ayudarnos a tratar quemaduras o heridas de la piel gracias a sus poderes 
antimicrobianos. Estos hacen posible el combatir bacterias y microorganismos causantes de infecciones.

El consumo de miel otorga beneficios en el sistema cardíaco ya que beneficia la producción de fosfatos orgánicos, cuya función principal es la regulación del ritmo cardíaco, así como la estimulación de la irrigación en las arterias coronarias.

Representa una excelente fuente de carbohidratos, por lo que se la considera un alimento sumamente energético y al mismo tiempo es un poderoso regenerador celular.

Se la considera un reconstituyente cerebral debido a su contenido en sodio, hierro y fósforo, indispensables para el buen  mantenimiento del sistema nervioso.


Hay diferentes tipos de miel, y aquí os voy a mostrar seis de ellas.

MIEL DE AZAHAR
De color ámbar claro, perfumada y suave al paladar.
Procedente del polen de limoneros, naranjos y mandarinos.
Tiene efecto sedante y también antiespasmódicos.

MIEL DE ROMERO
De color ámbar muy claro, aromática y dulce.
Estimulante hepática que favorece la descongestión del hígado.
Indicada para ulceras de estómago y disminorrea.
NO recomendada para hipertensos.

MIEL DE EUCALIPTO
De color ocre, muy aromática con un sabor característico a madera.
Antiséptica de las vías respiratorias y urinarias.
De efecto balsámico
Indicada contra catarros y afecciones del sistema respiratorio.

MIEL DE TOMILLO
De color ámbar muy claro, aromática y dulce.
Estimulante hepática que favorece la descongestión del hígado.
Indicada para ulceras de estómago y disminorrea.
NO recomendada para hipertensos.

MIEL DE ESPLIEGO
De color ámbar y sabor característico a lavanda.
Poderosa bactericida y antiséptica.
Indicada para uso externo en picaduras de insectos, quemaduras solares y heridas.
Antidiarreica.
Previene gripes, resfriados y bronquitis.

MIEL DE TILO
De color amarillo suave y un aroma fragante.
Útil en la acidez, las flatulencias y las ulceras gástricas y duodenales.
Propiedades antibacterianas.
Útil en la bronquitis, la gripe y los resfriados.
Beneficiosa para tratar la ansiedad y el insomnio.

Por último os dejo una imagen con información para saber como diferenciar la miel de abeja natural a la de fábrica.



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